Estrategias 2009: Mercados Emergentes

Cuando se inició la crisis financiera, algunos expertos defendían la teoría del desacople, según la cual los mercados emergentes no se contagiarían de los males que aquejaban a las economías desarrolladas, ya que los mercados como el asiático o el latinoamericano no estaban contaminados por el virus subprime y, además, estaban creciendo a niveles records, mucho más que los países centrales.

Hoy, a más de un año del inicio de la crisis, podemos decir que esa teoría se fue por la borda: las bolsas emergentes no sólo no han conseguido capear el temporal, sino que han sido castigadas incluso con más dureza que las de los países desarrollados. Esto es así de tal modo que las categorías de fondos de inversión que invierten en mercados emergentes se encuentran entre las más castigadas.

Los gestores de fondos emergentes se reunieron hace unas semanas en Londres para analizar la situación de estos mercados. Todos coinciden en afirmar que estos mercados están siendo víctimas de la aversión al riesgo generalizada, pero que en el largo plazo su potencial es indudable. Pero aunque las perspectivas en el largo plazo son positivas, no hay duda de que en el momento actual los mercados emergentes están acusando el impacto de la falta de liquidez del mercado. Además, la crisis financiera ha provocado un fuerte proceso de desinversión en la renta variable, lo que ha afectado especialmente a los países emergentes, tradicionalmente percibidos como de alto riesgo. 

Un punto a favor de las economías emergentes es que la relación ahorro-endeudamiento es muy baja, por lo que no deberían sufrir demasiado el problema de la contracción del crédito. Los bancos y los balances están sólidos, y esto permitiría salir de la crisis antes que los países desarrollados.

¿Como vendrá el 2009? En mi opinión, aún falta un largo trecho para que llegue el momento de invertir en emergentes, ya que existe mucha inestabilidad y volatilidad, lo que hace que no se muestre una tendencia clara. Aunque yo pienso que, en momentos extremos como este, lo mejor es «no inventar nada«. Habrá que aguardar y ver que pasa. Mientras tanto: inversiones seguras aunque con poca rentabilidad.