Cómo comparar comisiones, riesgo y liquidez al elegir un fondo de inversión hoy

Cuando decides meter tu dinero en un fondo de inversión, y créeme, merece la pena hacerlo con cabeza, inevitablemente tienes que mirar tres cosas que van a definir si tu elección fue buena o te va a pesar: las comisiones, el riesgo y la liquidez. En este artículo no te voy a lanzar fórmulas complicadas ni palabrejas técnicas innecesarias, solo criterios prácticos que puedes aplicar tú mismo para no equivocarte.

Comisiones: el “agujero oculto” que puede arruinar tu rentabilidad

Es fácil ver un fondo con buena rentabilidad y pensar “este es”. Pero antes de lanzarte, piensa: ¿cuánto te van a comer las comisiones?

Una de las comisiones más importantes es la de gestión (lo que cobra la gestora por manejar el fondo), junto con la de depósito (custodiar los activos). En España estas se aplican “implícitamente”, es decir, ya están descontadas del valor del fondo. También están las comisiones explícitas: suscripción (cuando entras), reembolso (cuando sales) y, en algunos casos, comisión de éxito.

Muchas veces el fondo que “prometes” rentabilidad del 8 % al año puede terminar rindiendo mucho menos si le restas los gastos altos. Lo ideal es encontrar fondos con comisiones bajas, pero atención: no basta con que sean bajas, tienen que estar justificadas. Si un fondo tiene comisiones muy bajas pero no tiene calidad, no te servirá para nada.

Otra cosa que ocurre es que algunas entidades intermedias interponen comisiones adicionales (por distribuir, por cambiar de fondo dentro de la misma gestora…). Cuando revises el folleto del fondo pide ver todos los costes y asegúrate de que entiendes de dónde salen.

Riesgo y liquidez: dos caras de la misma moneda

No existe inversión ideal que tenga menos riesgo, más rentabilidad y máxima liquidez al mismo tiempo. Aquí entra un triangulo clásico: quien quiere más de uno de esos puntos suele tener que ceder en otro.

Riesgo: es cuánto puede variar el valor de tu inversión. Si eliges un fondo que invierte mucho en renta variable, tendrás más riesgo. Si lo haces en bonos de calidad (o fondos monetarios), menor riesgo. También influye el tipo de activos, el plazo, el país…
Liquidez: significa la facilidad con que puedes convertir tu inversión en dinero efectivo. En España los fondos de inversión deben ofrecer liquidez diaria: puedes pedir la salida y recuperar tu dinero normalmente en unos días. Pero ojo, “liquidez diaria” no siempre implica que la operación será perfecta: en mercados tensos, puede que no haya compradores suficientes o que los precios sean peores.

Cuando combinas estos dos factores con las comisiones, obtienes el panorama real de lo que podrías conseguir neto. Por ejemplo, un fondo de bajo riesgo puede tener pocas pérdidas, pero si cobra muchas comisiones y la liquidez es limitada, al final tu inversión sufrirá. O al revés: un fondo muy líquido con bajo coste pero con mucho riesgo puede darte sustos que no esperas.

¿Qué hacer tú para comparar y decidir sin perderte?

Aquí tienes un método de trabajo que puedes aplicar ahora mismo:
Define tu horizonte temporal y tolerancia al riesgo: si vas a necesitar ese dinero en pocos años, no puedes asumir mucho riesgo; si puedes dejarlo cinco o diez años, puedes asumir más.
Haz una tabla mental o en papel con los fondos que te gusten, y para cada uno apunta: comisiones totales (incluyendo gestión, depósito, suscripción o reembolso si los hay), si el fondo es muy negociado y popular (eso da más liquidez), y qué tipo de activos tiene (renta variable, bonos, mixto…).
Haz una “prueba de estrés”: imagina que el mercado baja un 20 %. ¿Cuánto puedes tolerar? Calcula cuánto restan las comisiones.
No te quedes con lo que te diga un comercial. Mira el folleto del fondo, el DFI (documento esencial para el inversor) y los últimos informes para ver cómo ha funcionado en distintas condiciones del mercado.
Compara entre fondos similares: si dos invierten en lo mismo pero uno cobra el doble de comisión sin justificar mejores resultados, descartas el caro.

Hoy en España vemos movimientos interesantes: algunas gestoras como Vanguard o BlackRock están recortando comisiones en fondos e ETFs, para competir fuerte. Aparecen plataformas que ofrecen fondos sin costes de custodia o traspaso. Eso te da más margen para elegir fondos de calidad con costes bajos. Pero como siempre, que algo esté de moda no garantiza que sea bueno.

Al final, un buen fondo no es el que promete lo más alto, sino el que entrega con realismo lo mejor que puede, con costes honestos y sin rodeos. Si haces el ejercicio de comparar como te he dicho y mantener una actitud crítica, tendrás muchas más posibilidades de acertar que muchos inversores que simplemente eligen por nombre o publicidad.